Desapegos y otras ocupaciones.

sábado, 9 de julio de 2016

INCINERACIÓN




Incineras al animal que llevas dentro,
pero ahí queda.
Le aplicas torturas nunca dichas
arrinconándole donde se hospeda.
Le privas de su alimento
y se revuelve en tus entrañas.
Le aplacas con medicamentos,
le atas con estacas,
y ahí sigue:
buscando las rendijas
para asomar,
aunque sea por un segundo
y chillar como una rata amarga
y pintar de rojo tus ojos
y crispar tus rotas manos.

Desencajándote,
difuminándote
dentro de su aura maligna,
solo un instante.
Pero eso es lo que queda,
lo que se graba
en el recuerdo de los que te rodean.





Lo demás no cuenta,
una diezmilésima de victoria del monstruo
puede con toda una vida,
con todas las vidas:
la tuya y las de los tuyos
y de todo aquel que se cruce
por donde caminas,
por donde camina
esa bestia interior
llamada TORMENTO.

Incinera a ese animal
que llevas dentro,
recurre al antiguo ritual.
Aplástalo bajo las plantas de tus pies.
Devóralo si hace falta,
expúlsalo,
no le dejes vivir más
en tu desgarrada alma.


Imágenes: Alejandro Barrón
29/06/2016

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