Desapegos y otras ocupaciones.

domingo, 14 de febrero de 2010

LA BANDA SONORA DE MI VIDA.

-

-

La banda sonora de mi vida, posiblemente, comenzó con los latidos del corazón de mi madre percutiendo, inmensos, sobre mí. Pero de eso no me acuerdo...

Después vendrían cariños, arrullos, regañinas, nanas -de ésas sí me acuerdo- y canciones y músicas de anuncios en la radio presidenta del salón-comedor-despacho de dulces de mi casa.
-

-
El negrito del Cola-Cao, José Guardiola -"blanca y radiante va la novia"-, Matilde, Perico y Periquín, Manolo Escobar -"¡ay Jesús, que estoy empapao, y no puedo con la tiritera...!- y carcajadas y juegos y llantinas caprichosas y bromas sin televisor.
Y después, cantinelas en el parvulario, "A mi burro, a mi burro, le duele la cabeza...", "Un dos, papas y arroz...", "Ya se murió el burro que acarreaba el vinagre, ya se lo llevó Dios de esta vida miserable..."
-

-
Y el Rosario, más tarde, los sábados por la mañana ya en el colegio. Y "Prietas las filas" y el sonsonete cansino, repetitivo de las tablas de multiplicar y "España limita al norte...", y los ríos y las cordilleras y el Catecismo.
Y después, durante el instituto, vas y descubres la radio como compañera de estudios. Y descubres a Carlos Tena (cuando aún era Carlos Tena) y "Para vosotros, jóvenes"; y allí, Triana; y alli, Jimi Hendrix; y allí, los Beatles.
Y luego te vas a la capital a estudiar y un tremendo programa titulado "Posibles mitos de una contracultura", al que agradeces que te presente a Elvis Costello; y a Emerson, Lake & Palmer y a Yes y a Zappa y a Genesis, con Peter Gabriel aún y que te inocule el deseo voraz de hacer radio.
-
-
El trabajo, y el coche necesario, con su radio-cassette y M-80 Radio y el funky. Y ya empiezas tú a hacer radio: "Todos los caminos del Rock" vais y bautizáis a vuestro programa, donde aúllan los Clash o los Ramones o retumba el bajo poderoso de Return to Forever o la voz espástica de Ian Dury o los síncopes de Talking Heads.
-


-
Y luego, más programas. Y enlazas las músicas con las lecturas, invitas a gente que recita sus textos, sus poemas (escritos por ellos o por otros). Y así sigue la banda sonora de tu vida, agregando voces, ritmos, gritos, risas, jadeos, ladridos, trinos, cantos, golpes, truenos, llantos, quejíos y mordazas.
Y no cesará hasta que el fuego crepite y devuelva tu carne al lugar al que siempre perteneció. Y entonces, suenen músicas para las que aún no estamos preparados.

-
-

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.