Desapegos y otras ocupaciones.

viernes, 10 de abril de 2009

LONDRES, PARÍS, REVOLUCIONES...

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En la segunda mitad de los sesenta, Londres desplazó a París como la ciudad de las modas que, partiendo de Europa, se desparramaban por el mundo. La música reemplazó a los libros y a las ideas como centro de atracción de los jóvenes, sobre todo a partir de los Beatles, pero también de Cliff Richard, los Shadows, los Rolling Stones con Mick Jagger y otras bandas y cantantes ingleses, y de los hippies y la revolución psicodélica de los flower children.



Como antes a París a hacer la revolución, muchos latinoamericanos emigraron a Londres a enrolarse en la huestes del cannabis, la música pop y la vida promiscua. Carnaby Street sustituyó a Saint Germain como ombligo del mundo.

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En Londres nacieron la minifalda, los largos cabellos y los estrafalarios atuendos que consagraron los musicales Hair y Jesus Christ Superstar, la popularización de las drogas, comenzando por la marihuana y terminando por el ácido lisérgico, la fascinación por el espiritualismo hindú, el budismo, la práctica del amor libre, la salida del ropero de los homosexuales y las campañas del orgullo gay, así como un rechazo en bloque del establishment burgués, no en nombre de la revolución socialista a la que los hippies eran indiferentes, sino de un pacifismo hedonista y anárquico, amansado por el amor a la naturaleza y a los animales y una abjuración de la moral tradicional.




Ya no fueron los debates de la Mutualité, el Nouveau Roman, refinados cantautores como Leo Ferré o Georges Brassens, ni los cinemas de arte parisino, los puntos de referencia para los jóvenes rebeldes, sino Trafalgar Square y los parques donde, detrás de Vanessa Redgrave y Tariq Alí, se manifestaban contra la guerra de Vietnam entre conciertos multitudinarios de los grandes ídolos y soplidos de hierba colombiana y con los pubs y las discotecas como símbolos de la nueva cultura que tenía a millones de jóvenes de ambos sexos imantados por Londres.


"Travesuras de la niña mala" .

Mario Vargas Llosa - 2006.




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